Antes que todo, me tomo la libertad de escribir sobre tan ilustres personas porque valga la redundancia tengo la libertad de hacerlo, fui su representante personal y además fueron y son grandes amigos; lo hago sin ápice alguno de oportunismo pues con ello no gano absolutamente nada; no me cuento siquiera entre los que gustan de escucharse, de los cuales hay muchos en nuestro gremio sean o no periodistas, solo me siento con deseos de clarificar algunos detalles de la vida de este grupo que aquellos interesados tienen el derecho de saber desde una fuente real y fidedigna ya que navegando por Internet como es habitual por mi trabajo, en muchas de las páginas que gravitan y donde se ha escrito sobre esta formación, se tergiversan o inventan historias de su fundación, de sus fundadores, de sus creadores o de sus vivencias en el período activo de su existencia como agrupación musical y aclaro desde el título “como agrupación” o grupo porque Vieja Trova Santiaguera como se ha determinado hace mucho por escritores y musicólogos cubanos es un movimiento estético musical que data de hace varios siglos y no voy a entrar en detalles cronológicos porque eso es harina de investigadores.
Para aquellos que siguieron desde sus inicios la entrada en firme no puntual ni esporádica en España, en Madrid, de este tipo de grupos, que por cierto en el caso de la Vieja Trova fue justo a partir del 23 de junio de 1994 en Casa de América ante una impresionante presencia de medios de difusión, la Vieja Trova Santiaguera surge como idea sin siquiera llamarse así a finales del año 1992, posterior a una primera experiencia en el año 1991 llevada a cabo por Santiago Auserón cuando presentó en la Sala El Sol de Madrid, La semilla del Son y en cuya ocasión se pudo ver a Francisco Repilado (Compay Segundo), la Orquesta Rayson y a Celeste Mendoza. En España hacía tanto tiempo como posiblemente en Cuba que no se hablaba ni difundía este género que paradójicamente había sembrado en la memoria colectiva de los españoles el inolvidable Antonio Machín, lógicamente en España causado por las corrientes musicales y las modas impuestas por los medios y las grandes multinacionales del Disco y en Cuba a consecuencia de la indolencia ante el género madre y padre de la música cubana al margen de la supremacía de la controvertida llamada Salsa representada en la Isla por las grandes orquestas del momento.
Quien les cuenta estos apuntes, en primera persona, trabajaba en la Televisión Cubana como Especialista Principal de Subtitulaje pero los fines de semana como free lance llevaba la representación de un espectáculo musical, llamémosle tropicanesco por la forma, que se tituló entonces “Salsa Cubana”, en uno de los sitios más frecuentados por turistas extranjeros en la Habana, “El Papa de la Marina Hemingway”; a la vez, se iniciaba en el país una carrera hacia el marketing, palabra hasta ese momento bastante desconocida, así como la matriz DAFO o el propio nombre del autor y comenzaba en determinadas empresas estatales una corriente de negociación que indicaba que era inminente la autofinanciación porque no había dinero. Simultáneamente había llegado al ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión) un señor de origen Vasco con la idea de realizar una serie de televisión sobre los ritmos caribeños creo recordar que hasta tenía título “Cuento mi canto” con clarísimos propósitos de comercialización cuyo capítulo cubano tendría por lógica y sentido común se realizace en la TV del país y debería ser filmada en la provincia donde tuvo sus orígenes y nacionalidad la música cubana a partir del género Son; evidentemente fue remitido a Santiago de Cuba donde contactó con Enríque Bonne, muy conocido en las esferas de la cultura santiaguera, quien con su vasta experiencia y con la colaboración de Luisa la Directora de la Casa de la Trova recomendaron para la citada serie televisiva a los exponentes más viejos en edad que conformaban a las agrupaciones musicales más destacadas de Santiago entre las que figuraban como es lógico; la Estudiantina Invasora y el Cuarteto Patria de entonces por citar las más conocidas y que eran fieles y asiduos en las actuaciones de la Casa de la Trova de la calle Heredia; allí surgió la primera fotografía en la que estaban algunos de los que conformaron a posteriori la Vieja Trova Santiaguera; Aristóteles Limonta, , Amado Machado y Pancho Cobas entre otros.
El Sr. Vasco y presunto futuro realizador, se dirigió nuevamente a la Habana a la dirección general del ICRT, donde había que negociar la serie que acto seguido se convirtiera en un claro objetivo de comercialización por parte de la Presidencia del citado instituto y donde expuso su idea de lo que sería el capítulo cubano y entonces llegó la segunda parte del tema, ¿quién se haría cargo de nuclear, organizar y llevar a buen término el proyecto? en ese momento se habló del propio Enríque Bonne y de otra persona que prefiero no mencionar por una desafortunada apreciación que hizo de los componentes del proyecto cuando dijo textualmente que …no se haría cargo de ese atajo de viejos porque se podían morir por ahí en cualquier parte… Fue en ese momento cuando uno de los Vicepresidentes del ICRT llamado Juan Hernández conjuntamente con el Director de Relaciones Internacionales, entonces, Benjamín Rodríguez, me llamaron más que todo por mi labor de representación con grupos musicales para que contactara con Enríque Bonne y planteara el schedulle de trabajo a realizar en los próximos días de aquella reunión; Enríque Bonne se encontraba en la Habana alojado en la Casa de visita del Ministerio de Salud Pública a donde le fui a ver; me presenté y le esbocé la idea de proyecto que el Instituto estaba pensando para la ejecución del mencionado proyecto y fue cuando el propio Bonne me comentó que él no estaba en condiciones de llevar a efecto ese trabajo por x razones y que yo podía perfectamente hacer las diligencias que marcaba dicho schedulle a lo que contesté inmediatamente que para mi era un placer hacerlo y sin más dilación me dirigí a la Presidencia del ICRT para decirles que yo me haría cargo si ellos estaban de acuerdo; la aprobación llegó de inmediato y ahí comenzó a gestarse lo que fuera unos meses más tarde un proyecto realizable.
La idea original, la serie televisiva que por cierto nunca llegó a salir mientras estuvo activa la formación musical estaba ya en marcha, pero la idea del ICRT era contactar con alguna casa discográfica que se interesara en editar algún disco que saliera al mercado haciéndolo coincidir con la salida al aire de la serie y entonces, me vuelven a llamar para determinar quien se responsabilizaría de grabar y dirigir ese disco una vez se contactara con la disquera que dicho sea de paso fue propuesta por el Vasco y fue concretamente Nubenegra, una casa discográfica independiente dirigida por Manuel Domínguez quien más adelante al conocer del proyecto envió una serie de temas musicales que consideraba debían ser los seleccionados para grabar; el mencionado Vicepresidente del ICRT cita al músico y trombonista Demetrio Muñíz que entonces impartía una especie de talleres sobre instrumentos de viento en la TV Cubana creyendo que era de origen Santiaguero, lo cual no era cierto y de cuya anécdota nos reímos muchas veces; nos sentamos los tres en su despacho y ahí trazamos la línea a seguir para comenzar el trabajo. La primera parte consistió en mi viaje a Santiago de Cuba para reunirme allí con los elegidos, a los que ya se les había enviado el repertorio: Aristóteles Limonta (Contrabajo), Amado Machado (Maracas), Francisco Cobas (Guitarra y Director hasta 1997), Reinaldo Creagh (Claves) y Aristónico Nápoles (Cuatro), y contarles el proyecto a grandes rasgos, proyecto que solo estaba en la ilusión de todos pero que no tenía en ese momento seguridad alguna; al llegar a Santiago de Cuba, me dirigí a la dirección de Tele Turquino, la televisora local y donde estaban citados los músicos para conocernos y hacer el primer ensayo; cual fue mi asombro cuando delante de mi se presentaron 5 hombres que pasaban de los 70 años cada uno pero con unas ganas inexplicables de comerse el mundo aun con aquellos cuerpos evidentemente cansados y con cientos de lunares en sus rostros muestra del tiempo que había pasado por ellos y que encerraban tantas y tantas experiencias. Un apretón de manos y un brindis con Havana Club bastó para adentrarnos en uno de los Estudios de Tele Turquino que estaba ubicado dentro del histórico Cuartel Moncada; ese fue el primer concierto que vi de aquellos que con el tiempo se convirtieran en un referente musical de la isla; Bésame mucho, La última noche, Lágrimas negras, Capullito de Alelí, Blancas Azucenas o Esperanza entre otras fueron para mi una clase magistral de cómo hacer algo extraordinariamente bien con tanta sencillez y humildad; una vez visto y comprobada la calidad musical y humana del componente más importante del proyecto (los músicos); regresé a la Habana, contacté con Demetrio Muñíz para comentarle al respecto y propuse a la dirección del ICRT que para llevar adelante aquel precioso y estimulante proyecto había que en primer lugar, traer los músicos a la Habana porque era la manera más efectiva de que Demetrio ensayara y dejara lista la que fuera a posteriori la primera maqueta del grupo y que sirviera para convencer a la Disquera de sacar adelante el proyecto discográfico sin la más mínima duda. La Dirección del ICRT nos brindó la posibilidad de alojar a los músicos en la Casa de Visita del Instituto pero había que tener en cuenta la alimentación de los músicos y sus condiciones en dicha Casa de visitas lo que se convirtió en mi lucha durante más de 1 año entre unas cosas y otras, como por ejemplo el transporte diario para trasladarles al estudio donde finalmente grabaron. Recuerdo que aun no teníamos el nombre con el que llamaríamos al grupo porque lo de Vieja Trova Santiaguera (como bien ya dije al inicio era el nombre de una corriente musical) que dicho sea de paso fue posterior y sana idea de Manuel Domínguez; primero cariñosamente les decíamos “los viejitos”, luego “ los amigos de Machín” y así hasta que quedó con el definitivo Vieja Trova Santiaguera.
Llegaron a la Habana “los viejitos”, era 1993, les fui a recoger al Aeropuerto y ese mismo día Aristóteles tuvo que ser ingresado en el Hospital Calixto García con un problema de riñones e interior lo que retrasó el comienzo algunos días hasta su restablecimiento; el mote de “los viejitos” les quedó durante un tiempo y se repetía por doquier en el Instituto por todo el ruido que llegué a armar con la calidad de la comida diaria, por la leche que no llegaba y que tenía que conseguir a veces hasta por mis propios medios etc etc y finalmente comenzamos los ensayos; recuerdo que Demetrio también enmudeció cuando vio la calidad en la interpretación de estos señores y discutió con más de uno de aquellos que para nadar fuera del agua siempre tenían tiempo, que no era necesario falsear la futura grabación del grupo con músicos más jóvenes, ya que “los viejitos” eran muy capaces de hacerlo y hacerlo muy bien; fuimos creando un ambiente francamente familiar y de gran respeto, trabajamos duramente cada uno con sus responsabilidades y lo hicimos con gusto y placer inenarrable.
Casi en la primera semana de ensayos, un buen día, al llegar a la Casa de visitas como era habitual, me encuentro con Aristónico el que tocaba el Cuatro y que por cierto lo hacía con excelencia y me contó un sueño que había tenido la noche anterior en el cual tuvo una pelea con otro individuo y que al revolcarse en la cama litera donde dormía se cayó al suelo y se hizo una brecha en la cabeza sin importancia, entonces me dijo con aquel humor característico de santiaguero y además viejo, … mira JL, esta noche voy a soñar de nuevo y voy a arreglar las cuentas con ese tipo que me causó la caída (anécdota un tanto surrealista pero que también nos hizo reír mucho a todos); esa fue la penúltima vez que pudimos escuchar a Aristónico tocando el Cuatro en los ensayos porque al siguiente día nos dijo que no seguía en el proyecto ya que él no estaba acostumbrado a dejar a su familia sola y que no le gustaba viajar tan lejos como se preveía si las cosas salían bien; y entonces fue cuando por idea de Francisco Cobas (Pancho), fuimos a ver a Reinaldo Hierrezuelo, su primo y que fuera durante 36 años componente del dúo Los Compadres junto a su hermano Lorenzo, para que sustituyera llegado el momento a Aristónico y no se perdiera tiempo, Reinaldo, conocedor del repertorio tradicional aprobó la idea y antes de que Aristónico dejara aquel proyecto en ciernes participó en un programa de TV al cual les invitaron como parte del apoyo que debía dar el Instituto al grupo; en ese programa actuaron 6 músicos sumando a Reinaldo en vez de los cinco elegidos, Reinaldo apareció tocando las maracas y haciendo los coros; entonces sí fue la última vez que Aristónico participó de aquella idea y el momento en que Reinaldo Hierrezuelo ocupó la plaza ejecutando el controvertido instrumento al que llamaba Armónico ó Armonioso. Continuaron los ensayos y un buen día apareció en el portal de la Casa de visitas, el periodista y corresponsal del Pais, Mauricio Vicent para hacer la primera entrevista que fuera publicada en España de aquel futuro grupo. Ese fue el comienzo de la esperanza, se grabó la maqueta, se envió a Madrid para que la escuchara el Sr. Domínguez y al cabo de algunas semanas este se presentó en la Habana para grabar; la grabación que se llevo a cabo en el Estudio 2 de Radio Rebelde en el ICRT, fue como se esperaba una experiencia maravillosa. Entre tanto tuve las reuniones pertinentes con Manuel en relación al futuro del disco, su lanzamiento y la posibilidad de realizar una gira defendiendo el álbum; nos recomendó entonces una empresa promotora en aquel entonces llamada Nox Producciones y en el verano de 1994 justo el 23 de junio como apuntaba al inicio daba comienzo la primera gira de la Vieja Trova Santiaguera que le llevó por 25 ciudades españolas y que para sorpresa de todos fue un verdadero e inesperado éxito.
Los discos se sucedieron año tras año hasta completar 3; el primero y por donde comenzó todo, “Vieja Trova Santiaguera”, el segundo “Gusto y sabor” y el tercero “Hotel Asturias” titulo que corroboraba el cariño de los músicos hacia este Hotel y su personal y en el cual terminó la carrera de Amado Machado en la Vieja Trova por problemas evidentes de salud y edad; para la siguiente gira en 1997 lo sustituyó Ricardo Ortiz, quien fuera líder de Los Taínos durante 30 años y que también jubilado acepta el reto. En ese propio año conjuntamente con un productor Holandés participé en la idea de realización de una Película sobre la vida de los integrantes de la Vieja Trova Santiaguera la que felizmente se realizó en locaciones entre España, Holanda e Inglaterra y que obtuviera prácticamente en el anonimato, más de diez premios internacionales de Cine aunque lamentablemente en España solo se estrenó en el Cine Palafox un día de 1997 y nunca más se presentó según dicen por falta de Productoras inversoras, porque España era un país sin tradición en la proyección de Documentales y porque a mi modo de ver, el estreno del filme Buena Vista Social Club en 1998 si encontró el soporte y el apoyo necesario para definitivamente eclipsar Lágrimas Negras como se tituló la película de la Vieja Trova.
Al final de la gira del año 97 y de los éxitos de la película en países como Alemania y Holanda, también Pancho Cobas plantea su retirada porque la salud le había dado varios avisos, momento en el que Reinaldo se hace con la dirección del grupo y busca la sustitución de Pancho con Manuel Galván, ex de los Zafiros; decidimos dar un paso adelante sin desestimar por supuesto todo el esfuerzo de Nubenegra; nos reunimos en la Habana con la compañía discográfica Caliente de Estados Unidos y previmos la posibilidad de firmar por 3 discos más y con un lanzamiento a gran escala pero en mi siguiente visita a Madrid, Rubén Caravaca, entonces parte de la agencia que nos representaba en España, me presentó un proyecto similar pero en este caso con la compañía Virgin Records, por la cual nos decidimos más que todo por la cercanía independientemente de su prestigio como Discográfica, con la que firmamos también por 3 discos, La Manigua (1998) y que obtuviera Disco de Oro por la venta de más de 50000 copias; Dominó en el año 2000 y El Balcón del Adiós en 2002. Galván que grabó los dos primeros abandona por salud y le sustituye el guitarrista que tocaba con Caridad Hierrezuelo, Ruben Betancourt cuya efímera presencia en Vieja Trova se limitó a menos de un año por una trombosis que padeció repentinamente y en cuyo momento asumió la guitarra del grupo hasta el final, el músico José Artemio Castañeda más conocido por Maracaibo.
Faltarían cuartillas para expresar cuantas experiencias pude vivir al lado de estos personajes que hoy el mundo conoce y que hasta 1994 solo se limitaban a dar alegrías a aquellos pocos turistas que se aventuraban en visitar Santiago de Cuba y más específicamente aquella original Casa de la Trova de la calle Heredia, la verdadera cuna del Son.
Para aquellos que siguieron desde sus inicios la entrada en firme no puntual ni esporádica en España, en Madrid, de este tipo de grupos, que por cierto en el caso de la Vieja Trova fue justo a partir del 23 de junio de 1994 en Casa de América ante una impresionante presencia de medios de difusión, la Vieja Trova Santiaguera surge como idea sin siquiera llamarse así a finales del año 1992, posterior a una primera experiencia en el año 1991 llevada a cabo por Santiago Auserón cuando presentó en la Sala El Sol de Madrid, La semilla del Son y en cuya ocasión se pudo ver a Francisco Repilado (Compay Segundo), la Orquesta Rayson y a Celeste Mendoza. En España hacía tanto tiempo como posiblemente en Cuba que no se hablaba ni difundía este género que paradójicamente había sembrado en la memoria colectiva de los españoles el inolvidable Antonio Machín, lógicamente en España causado por las corrientes musicales y las modas impuestas por los medios y las grandes multinacionales del Disco y en Cuba a consecuencia de la indolencia ante el género madre y padre de la música cubana al margen de la supremacía de la controvertida llamada Salsa representada en la Isla por las grandes orquestas del momento.
Quien les cuenta estos apuntes, en primera persona, trabajaba en la Televisión Cubana como Especialista Principal de Subtitulaje pero los fines de semana como free lance llevaba la representación de un espectáculo musical, llamémosle tropicanesco por la forma, que se tituló entonces “Salsa Cubana”, en uno de los sitios más frecuentados por turistas extranjeros en la Habana, “El Papa de la Marina Hemingway”; a la vez, se iniciaba en el país una carrera hacia el marketing, palabra hasta ese momento bastante desconocida, así como la matriz DAFO o el propio nombre del autor y comenzaba en determinadas empresas estatales una corriente de negociación que indicaba que era inminente la autofinanciación porque no había dinero. Simultáneamente había llegado al ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión) un señor de origen Vasco con la idea de realizar una serie de televisión sobre los ritmos caribeños creo recordar que hasta tenía título “Cuento mi canto” con clarísimos propósitos de comercialización cuyo capítulo cubano tendría por lógica y sentido común se realizace en la TV del país y debería ser filmada en la provincia donde tuvo sus orígenes y nacionalidad la música cubana a partir del género Son; evidentemente fue remitido a Santiago de Cuba donde contactó con Enríque Bonne, muy conocido en las esferas de la cultura santiaguera, quien con su vasta experiencia y con la colaboración de Luisa la Directora de la Casa de la Trova recomendaron para la citada serie televisiva a los exponentes más viejos en edad que conformaban a las agrupaciones musicales más destacadas de Santiago entre las que figuraban como es lógico; la Estudiantina Invasora y el Cuarteto Patria de entonces por citar las más conocidas y que eran fieles y asiduos en las actuaciones de la Casa de la Trova de la calle Heredia; allí surgió la primera fotografía en la que estaban algunos de los que conformaron a posteriori la Vieja Trova Santiaguera; Aristóteles Limonta, , Amado Machado y Pancho Cobas entre otros.
El Sr. Vasco y presunto futuro realizador, se dirigió nuevamente a la Habana a la dirección general del ICRT, donde había que negociar la serie que acto seguido se convirtiera en un claro objetivo de comercialización por parte de la Presidencia del citado instituto y donde expuso su idea de lo que sería el capítulo cubano y entonces llegó la segunda parte del tema, ¿quién se haría cargo de nuclear, organizar y llevar a buen término el proyecto? en ese momento se habló del propio Enríque Bonne y de otra persona que prefiero no mencionar por una desafortunada apreciación que hizo de los componentes del proyecto cuando dijo textualmente que …no se haría cargo de ese atajo de viejos porque se podían morir por ahí en cualquier parte… Fue en ese momento cuando uno de los Vicepresidentes del ICRT llamado Juan Hernández conjuntamente con el Director de Relaciones Internacionales, entonces, Benjamín Rodríguez, me llamaron más que todo por mi labor de representación con grupos musicales para que contactara con Enríque Bonne y planteara el schedulle de trabajo a realizar en los próximos días de aquella reunión; Enríque Bonne se encontraba en la Habana alojado en la Casa de visita del Ministerio de Salud Pública a donde le fui a ver; me presenté y le esbocé la idea de proyecto que el Instituto estaba pensando para la ejecución del mencionado proyecto y fue cuando el propio Bonne me comentó que él no estaba en condiciones de llevar a efecto ese trabajo por x razones y que yo podía perfectamente hacer las diligencias que marcaba dicho schedulle a lo que contesté inmediatamente que para mi era un placer hacerlo y sin más dilación me dirigí a la Presidencia del ICRT para decirles que yo me haría cargo si ellos estaban de acuerdo; la aprobación llegó de inmediato y ahí comenzó a gestarse lo que fuera unos meses más tarde un proyecto realizable.
La idea original, la serie televisiva que por cierto nunca llegó a salir mientras estuvo activa la formación musical estaba ya en marcha, pero la idea del ICRT era contactar con alguna casa discográfica que se interesara en editar algún disco que saliera al mercado haciéndolo coincidir con la salida al aire de la serie y entonces, me vuelven a llamar para determinar quien se responsabilizaría de grabar y dirigir ese disco una vez se contactara con la disquera que dicho sea de paso fue propuesta por el Vasco y fue concretamente Nubenegra, una casa discográfica independiente dirigida por Manuel Domínguez quien más adelante al conocer del proyecto envió una serie de temas musicales que consideraba debían ser los seleccionados para grabar; el mencionado Vicepresidente del ICRT cita al músico y trombonista Demetrio Muñíz que entonces impartía una especie de talleres sobre instrumentos de viento en la TV Cubana creyendo que era de origen Santiaguero, lo cual no era cierto y de cuya anécdota nos reímos muchas veces; nos sentamos los tres en su despacho y ahí trazamos la línea a seguir para comenzar el trabajo. La primera parte consistió en mi viaje a Santiago de Cuba para reunirme allí con los elegidos, a los que ya se les había enviado el repertorio: Aristóteles Limonta (Contrabajo), Amado Machado (Maracas), Francisco Cobas (Guitarra y Director hasta 1997), Reinaldo Creagh (Claves) y Aristónico Nápoles (Cuatro), y contarles el proyecto a grandes rasgos, proyecto que solo estaba en la ilusión de todos pero que no tenía en ese momento seguridad alguna; al llegar a Santiago de Cuba, me dirigí a la dirección de Tele Turquino, la televisora local y donde estaban citados los músicos para conocernos y hacer el primer ensayo; cual fue mi asombro cuando delante de mi se presentaron 5 hombres que pasaban de los 70 años cada uno pero con unas ganas inexplicables de comerse el mundo aun con aquellos cuerpos evidentemente cansados y con cientos de lunares en sus rostros muestra del tiempo que había pasado por ellos y que encerraban tantas y tantas experiencias. Un apretón de manos y un brindis con Havana Club bastó para adentrarnos en uno de los Estudios de Tele Turquino que estaba ubicado dentro del histórico Cuartel Moncada; ese fue el primer concierto que vi de aquellos que con el tiempo se convirtieran en un referente musical de la isla; Bésame mucho, La última noche, Lágrimas negras, Capullito de Alelí, Blancas Azucenas o Esperanza entre otras fueron para mi una clase magistral de cómo hacer algo extraordinariamente bien con tanta sencillez y humildad; una vez visto y comprobada la calidad musical y humana del componente más importante del proyecto (los músicos); regresé a la Habana, contacté con Demetrio Muñíz para comentarle al respecto y propuse a la dirección del ICRT que para llevar adelante aquel precioso y estimulante proyecto había que en primer lugar, traer los músicos a la Habana porque era la manera más efectiva de que Demetrio ensayara y dejara lista la que fuera a posteriori la primera maqueta del grupo y que sirviera para convencer a la Disquera de sacar adelante el proyecto discográfico sin la más mínima duda. La Dirección del ICRT nos brindó la posibilidad de alojar a los músicos en la Casa de Visita del Instituto pero había que tener en cuenta la alimentación de los músicos y sus condiciones en dicha Casa de visitas lo que se convirtió en mi lucha durante más de 1 año entre unas cosas y otras, como por ejemplo el transporte diario para trasladarles al estudio donde finalmente grabaron. Recuerdo que aun no teníamos el nombre con el que llamaríamos al grupo porque lo de Vieja Trova Santiaguera (como bien ya dije al inicio era el nombre de una corriente musical) que dicho sea de paso fue posterior y sana idea de Manuel Domínguez; primero cariñosamente les decíamos “los viejitos”, luego “ los amigos de Machín” y así hasta que quedó con el definitivo Vieja Trova Santiaguera.
Llegaron a la Habana “los viejitos”, era 1993, les fui a recoger al Aeropuerto y ese mismo día Aristóteles tuvo que ser ingresado en el Hospital Calixto García con un problema de riñones e interior lo que retrasó el comienzo algunos días hasta su restablecimiento; el mote de “los viejitos” les quedó durante un tiempo y se repetía por doquier en el Instituto por todo el ruido que llegué a armar con la calidad de la comida diaria, por la leche que no llegaba y que tenía que conseguir a veces hasta por mis propios medios etc etc y finalmente comenzamos los ensayos; recuerdo que Demetrio también enmudeció cuando vio la calidad en la interpretación de estos señores y discutió con más de uno de aquellos que para nadar fuera del agua siempre tenían tiempo, que no era necesario falsear la futura grabación del grupo con músicos más jóvenes, ya que “los viejitos” eran muy capaces de hacerlo y hacerlo muy bien; fuimos creando un ambiente francamente familiar y de gran respeto, trabajamos duramente cada uno con sus responsabilidades y lo hicimos con gusto y placer inenarrable.
Casi en la primera semana de ensayos, un buen día, al llegar a la Casa de visitas como era habitual, me encuentro con Aristónico el que tocaba el Cuatro y que por cierto lo hacía con excelencia y me contó un sueño que había tenido la noche anterior en el cual tuvo una pelea con otro individuo y que al revolcarse en la cama litera donde dormía se cayó al suelo y se hizo una brecha en la cabeza sin importancia, entonces me dijo con aquel humor característico de santiaguero y además viejo, … mira JL, esta noche voy a soñar de nuevo y voy a arreglar las cuentas con ese tipo que me causó la caída (anécdota un tanto surrealista pero que también nos hizo reír mucho a todos); esa fue la penúltima vez que pudimos escuchar a Aristónico tocando el Cuatro en los ensayos porque al siguiente día nos dijo que no seguía en el proyecto ya que él no estaba acostumbrado a dejar a su familia sola y que no le gustaba viajar tan lejos como se preveía si las cosas salían bien; y entonces fue cuando por idea de Francisco Cobas (Pancho), fuimos a ver a Reinaldo Hierrezuelo, su primo y que fuera durante 36 años componente del dúo Los Compadres junto a su hermano Lorenzo, para que sustituyera llegado el momento a Aristónico y no se perdiera tiempo, Reinaldo, conocedor del repertorio tradicional aprobó la idea y antes de que Aristónico dejara aquel proyecto en ciernes participó en un programa de TV al cual les invitaron como parte del apoyo que debía dar el Instituto al grupo; en ese programa actuaron 6 músicos sumando a Reinaldo en vez de los cinco elegidos, Reinaldo apareció tocando las maracas y haciendo los coros; entonces sí fue la última vez que Aristónico participó de aquella idea y el momento en que Reinaldo Hierrezuelo ocupó la plaza ejecutando el controvertido instrumento al que llamaba Armónico ó Armonioso. Continuaron los ensayos y un buen día apareció en el portal de la Casa de visitas, el periodista y corresponsal del Pais, Mauricio Vicent para hacer la primera entrevista que fuera publicada en España de aquel futuro grupo. Ese fue el comienzo de la esperanza, se grabó la maqueta, se envió a Madrid para que la escuchara el Sr. Domínguez y al cabo de algunas semanas este se presentó en la Habana para grabar; la grabación que se llevo a cabo en el Estudio 2 de Radio Rebelde en el ICRT, fue como se esperaba una experiencia maravillosa. Entre tanto tuve las reuniones pertinentes con Manuel en relación al futuro del disco, su lanzamiento y la posibilidad de realizar una gira defendiendo el álbum; nos recomendó entonces una empresa promotora en aquel entonces llamada Nox Producciones y en el verano de 1994 justo el 23 de junio como apuntaba al inicio daba comienzo la primera gira de la Vieja Trova Santiaguera que le llevó por 25 ciudades españolas y que para sorpresa de todos fue un verdadero e inesperado éxito.
Los discos se sucedieron año tras año hasta completar 3; el primero y por donde comenzó todo, “Vieja Trova Santiaguera”, el segundo “Gusto y sabor” y el tercero “Hotel Asturias” titulo que corroboraba el cariño de los músicos hacia este Hotel y su personal y en el cual terminó la carrera de Amado Machado en la Vieja Trova por problemas evidentes de salud y edad; para la siguiente gira en 1997 lo sustituyó Ricardo Ortiz, quien fuera líder de Los Taínos durante 30 años y que también jubilado acepta el reto. En ese propio año conjuntamente con un productor Holandés participé en la idea de realización de una Película sobre la vida de los integrantes de la Vieja Trova Santiaguera la que felizmente se realizó en locaciones entre España, Holanda e Inglaterra y que obtuviera prácticamente en el anonimato, más de diez premios internacionales de Cine aunque lamentablemente en España solo se estrenó en el Cine Palafox un día de 1997 y nunca más se presentó según dicen por falta de Productoras inversoras, porque España era un país sin tradición en la proyección de Documentales y porque a mi modo de ver, el estreno del filme Buena Vista Social Club en 1998 si encontró el soporte y el apoyo necesario para definitivamente eclipsar Lágrimas Negras como se tituló la película de la Vieja Trova.
Al final de la gira del año 97 y de los éxitos de la película en países como Alemania y Holanda, también Pancho Cobas plantea su retirada porque la salud le había dado varios avisos, momento en el que Reinaldo se hace con la dirección del grupo y busca la sustitución de Pancho con Manuel Galván, ex de los Zafiros; decidimos dar un paso adelante sin desestimar por supuesto todo el esfuerzo de Nubenegra; nos reunimos en la Habana con la compañía discográfica Caliente de Estados Unidos y previmos la posibilidad de firmar por 3 discos más y con un lanzamiento a gran escala pero en mi siguiente visita a Madrid, Rubén Caravaca, entonces parte de la agencia que nos representaba en España, me presentó un proyecto similar pero en este caso con la compañía Virgin Records, por la cual nos decidimos más que todo por la cercanía independientemente de su prestigio como Discográfica, con la que firmamos también por 3 discos, La Manigua (1998) y que obtuviera Disco de Oro por la venta de más de 50000 copias; Dominó en el año 2000 y El Balcón del Adiós en 2002. Galván que grabó los dos primeros abandona por salud y le sustituye el guitarrista que tocaba con Caridad Hierrezuelo, Ruben Betancourt cuya efímera presencia en Vieja Trova se limitó a menos de un año por una trombosis que padeció repentinamente y en cuyo momento asumió la guitarra del grupo hasta el final, el músico José Artemio Castañeda más conocido por Maracaibo.
Faltarían cuartillas para expresar cuantas experiencias pude vivir al lado de estos personajes que hoy el mundo conoce y que hasta 1994 solo se limitaban a dar alegrías a aquellos pocos turistas que se aventuraban en visitar Santiago de Cuba y más específicamente aquella original Casa de la Trova de la calle Heredia, la verdadera cuna del Son.
Interesantes datos son aportados en esta publicación, creo que la Vieja Trova Santiaguera como quinteto fue uno de los grupos mas relevantes, junto a Buena Vista Social Club, y de mayor proyección internacional de la musica y la cultura cubana en los ultimos 30 años.
ResponderEliminarGracias JLP.